La crisis económica, la frustración pospandemia y la poca expectativa de cambio que genera la clase política son algunas razones para irse del país y buscar un futuro mejor.
Por Verónica Dalto
Cada vez más jóvenes piensan en irse de Argentina, “un estado de ánimo” motivado por las continuas crisis económicas que han deteriorado la calidad de vida, sumadas al cansancio y la frustración pospandemia, y la poca expectativa de cambio que genera una clase política enfrascada en el enfrentamiento y en sus intereses.
“Si acá no la estoy pasando bien, entonces por qué no ver qué hay más allá”, cuenta a EFE Agustina Funes, estudiante de ingeniería industrial, de 21 años, que vive en Buenos Aires, que siente que la economía “es muy incierta” y la inseguridad le impide “proyectar muchas cosas”.
“No siento que Argentina sea mi lugar en este momento”, agrega Martina Burella, de 20 años, quien hace dos meses volvió a la provincia de Corrientes, tras irse a los 18 años a Miami (Estados Unidos), donde, destacó, el esfuerzo se paga: “Acá nos rompemos el lomo y cuesta mucho salir adelante, y allá es tan sencillo”.
Este “clima de época entre los jóvenes” salió reflejado en una encuesta que hizo en agosto pasado el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, entre 939 alumnos del último año de la secundaria, de todas las clases sociales, en la que el 68,58 % expresó las ganas de irse a trabajar fuera de Argentina y un 56,34 %, de estudiar en el extranjero.
“Encontramos esto, la falta de sueños, la falta de posibilidad de pensarse en este futuro”, explica a EFE la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, quien indicó que no responde a “que falte oferta formativa ni falta trabajo” en Argentina.
Péndulo y pandemia
La economía argentina, que hace décadas va de crisis en crisis, muestra su deterioro en la inflación de 78,5 % anual que se espera termine el año en 95 %, y aunque el desempleo era del 6,9 % en el primer semestre, la pobreza alcanzaba al 36,5 % de las personas y existe un alto empleo informal.
“La Argentina viene en un péndulo de caída, de crisis y recuperaciones, que siempre estamos un poquito peor”, indica Acuña, lo que también genera “cansancio y frustración” en las familias.
“A la crisis económica en péndulo para abajo que veníamos teniendo los últimos 80 años, le sumamos el impacto de una pandemia, que arrasó desde lo emocional y psicológico”, agrega Acuña.
Crisis y esfuerzo
Pese a las oportunidades en Argentina, el 81,47 % de los encuestados prevé que el país estará igual o peor en cinco años.
“Siento que todo es muy inestable. Siento que es crisis tras crisis. (…) Cada vez vamos restringiendo más cosas porque no sabemos qué va pasar con los precios, con nada”, cuenta Funes, quien lo equipara con la inseguridad: “Salís a la calle y no sabés qué te puede pasar”.
Funes ya eligió la carrera de ingeniería sabiendo que le permitiría cumplir el sueño de trabajar fuera de Argentina y también le gustaría conocer los sistemas operativos o de gestión que no existen en el país.
Mientras, le da “miedo” conocer a ingenieros que trabajan en el país, pero que no en el empleo que esperaban o querían o sin ganar lo que les correspondería por su formación.
Burella pretende repetir la experiencia en el exterior, quizá en Europa. “Me gustó mucho la vida allá”, cuenta respecto de Miami: “Sin tener un título universitario, puedo conseguir un trabajo de manera tan sencilla y mantenerme bien”.
“En Miami la manera en que se hace plata es demasiado fácil, y acá es una locura”, precisa Burella, quien comenzó a estudiar ‘coaching’ ontológico y considera que “sería un golazo” ejercer lo que le gusta de forma virtual para poder viajar.
Clima político
Lo que se debate en los medios de comunicación de Argentina y entre sus conocidos también la ahuyenta. Burella explica que “en Corrientes mucha gente es muy negativa”, que repite que “el país no va salir adelante” y que “todo el tiempo se está hablando de lo mal que está el país”.
“Se mantiene esa energía horrible” y “entrás en esa burbuja de mala onda” de que el país no saldrá adelante, se queja Burella.
La ministra de Educación considera que los enfrentamientos entre el oficialismo y la oposición, al que pertenece el Gobierno porteño, también crean este deseo generalizado de querer emigrar.
“Desde el mundo adulto estamos dando esta señal en nuestro país de crisis permanente, de agresiones permanentes”, afirma Acuña, porque “la política, los referentes sociales estamos todo el tiempo con tono de agresividad y violencia que transmite esto a los chicos”.
“Es un clima de época de que no hay futuro”, concluye.
EFE.